"Los girasoles ciegos" de Alberto MÉNDEZ (2004)

Mi opinión:
Regalo de un amigo para Sant Jordi (el día del Libro), he disfrutado leyéndolo, a pesar de la dureza de las cuatro historias. Aunque me sería difícil escoger una de ellas, me quedaría con la segunda, "Segunda Derrota: 1940, o Manuscrito encontrado en el olvido". Sobrecogedor texto-diario de un padre bien joven intentando recorrer un camino, sin él encontrarle demasiado sentido, teniendo que llevar a su hijo recién nacido, sin poderlo alimentar.

En la primera historia ('Primera Derrota: 1939 - Si el corazón pensara dejaría de latir') se puede leer: "No tuve tiempo para hacer planes porque otros horrores suspendieron mi futuro, pero ten por seguro que, de haberlos hecho, tú hubieras sido la columna vertebral de mi proyecto."
En la segunda historia ('Segunda Derrota: 1940, o Manuscrito encontrado en el olvido'), el autor escribe: "Pero he vuelto a revivir el olor de la sangre, he vuelto a oír el ruido de la muerte, he visto otra vez el color de las víctimas. Y eso es malo."

Aunque las historias son duras y estremecedoras, y aunque todas y cada una de ellas encierran la idea de la derrota, el autor consigue que el lector no quede impasible ante sus relatos y hacerle pensar.

Contraportada (Editorial Anagrama):
Un capitán del ejército de Franco que, el mismo día de la Victoria, renuncia a ganar la guerra; un niño poeta que huye asustado con su compañera y niña embarazada y vive una historia vertiginosa de madurez y muerte en el breve plazo de unos meses; un preso en la cárcel de Porlier que se niega a vivir de la impostura para que el verdugo pueda ser calificado de verdugo; por último, un diácono rijoso que enmascara su lascivia tras el fascismo apostólico que reclama la sangre purificadora del vencido. Son historias de los tiempos del silencio, cuando daba miedo que alguien supiera qué sabías. Cuatro historias sutilmente engarzadas entre sí, contadas desde el mismo lenguaje pero con los estilos propios de narradores distintos que van perfilando la verdadera protagonista de esta narración: la derrota.

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