Considero que en esta obra póstuma Stefan ZWEIG nos brinda la mejor introducción antes de zambullirse en la degustación -lenta, pero paulatina y gradual-, de los Ensayos de Montaigne.
A una vida (la de Montaigne) que captó la atención de sus congéneres, así como la de generaciones posteriores, hay que añadirle la pluma sumamente delicada de Stefan Zweig.
Contraportada (Ed. Acantilado):
La actualidad de los grandes autores, como Montaigne, es permanente y múltiple. Pero Stefan Zweig, en un momento en que se ciernen sobre él el drama de la guerra y una íntima y trágica desesperanza, fija su atención en un elemento que es fundamental en el autor de Los ensayos: el esfuerzo por mantener a salvo la propia independencia en una sociedad cada vez más brutal y gregaria. El texto de Zweig sobre Montaigne no es un frío estudio destinado a especialistas, sino una obra emocionada y vibrante dirigida al público habitual del autor vienés. Una obra que Zweig ni siquiera llegó a concluir, porque antes se quitó la vida. A pesar de todo, en vista de la fuerza de este hermoso libro, ¿podemos interpretar que la esperanza de Montaigne se hizo presente en algún momento también en Zweig, y que el gran escritor vienés concibió, a pesar de todo, una nueva aurora para Europa?
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