Mi opinión:
Debo admitirlo, lo disfruté. Quizá por la trama en sí misma, o porque lo leí estando de vacaciones, en otro país en otro continente.
Una mezcla entre frescura y dureza me invadió al leerlo, al ir adentrándome en cada una de las cuatro historias principales.
Leyéndolo lejos de mi ciudad y de todo lo que me ata a mi propia rutina y, a su vez, de todo lo que me rodea y me ayuda a seguir avanzando, despertó algunos sentimientos vividos en algún momento de mi vida. Y me impulsó a repasar el último año (o los últimos tres años) recorridos.
Contraportada (Ed. Anagrama):Una mezcla entre frescura y dureza me invadió al leerlo, al ir adentrándome en cada una de las cuatro historias principales.
Leyéndolo lejos de mi ciudad y de todo lo que me ata a mi propia rutina y, a su vez, de todo lo que me rodea y me ayuda a seguir avanzando, despertó algunos sentimientos vividos en algún momento de mi vida. Y me impulsó a repasar el último año (o los últimos tres años) recorridos.
Sylvia cumple dieciséis años el día en que comienza esta novela. Para celebrarlo organiza una falsa fiesta que sólo tiene un invitado. Horas después sufrirá un accidente que significará su entrada en la vida adulta. Su padre, Lorenzo, es un hombre separado que trata de tapar los agujeros que el fracaso laboral han causado en su rutina. Ariel Burano es un joven jugador de fútbol que deja Buenos Aires para fichar por un equipo español. La caja de los triunfos no parece difícil de abrir para su superdotada pierna izquierda y será cuestión de tiempo que el estadio coree su nombre. El anciano Leandro, en cambio, es precisamente tiempo lo que no tiene. Estos son los cuatro personajes principales de Saber perder. Con las relaciones entre ellos se trenza un apasionante relato de supervivientes. Una mirada inteligente, llena de humor y emoción, pero que reivindica, por encima de todo, la maravillosa aventura de vivir.
«Es una novela compleja y excelente, además de bien escrita... Un espléndido regalo» (Ricardo Senabre).
El mejor libro del año según El Cultural de El Mundo. Premio de la Crítica 2009.
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